Hoy, 17 de mayo, se celebra el Día Internacional contra la Homofobia y la Transfobia. En pleno 2013 me resulta increíble que haya que seguir luchando contra la discriminación hacia las personas homosexuales o transexuales. ¿No hemos avanzado nada?
Este mismo día, en 1990, la OMS decidió retirar la homosexualidad de la lista de enfermedades mentales. Un pequeño paso hacia la igualdad, aunque la transexualidad se sigue considerando en muchos lugares como un desorden mental.
¿Y qué pasa con el matrimonio entre personas del mismo sexo? En 15 países ya está permitido este enlace, como Holanda (que fue el primero en 2001), Bélgica, España, Canadá, Sudáfrica, Noruega, Suecia, Portugal, Islandia, Argentina, Dinamarca, Nueva Zelanda y, ahora, también Brasil. El país latinoaméricano ha sido el tercero en abrirle la puerta, tras Argentina y Uruguay, aunque la resolución aún puede ser recurrida ante el Tribunal Supremo.
En EEUU, el matrimonio está legalizado en Delaware, Masachussetts, Connecticut, Iowa, Vermont, New Hampshire, Maryland, Nueva York, Columbia, Maine, Vermont y Washington. Y en Reino Unido, Alemania, Israel, la República Checa y Colombia, no son denominados como "matrimonio", pero también es legal.
Pero mientras en estos países parece que se extiende el tratar la condición sexual de cada uno como algo normal (lo que es y debería ser), aún se castiga la homosexualidad con la prisión, e incluso por increíble que nos pueda parecer, con la pena de muerte. Peter Turkson, cardenal ghanés que optaba al papado, defendía la legislación de Uganda "mata a los gais" reclamando la necesidad de "respetar la cultura". Si la cultura significa asesinato, adelante... Mientras tanto, en Irán Ahmadineyad aseguraba que en su país no había homosexuales. Sin embargo, la realidad es que muchos han sido asesinados y prefieren optar por el cambio de sexo antes que su muerte.
La homosexualidad no es algo nuevo. En la Antigua Grecia y la época romana ya se daban este tipo de relaciones, incluso Alejandro Magno podría haber tenido un gran amor con su amigo de la infancia, Hefestión. Y, en el Medievo, parece ser que durante la Alta Edad Media pudieron haber existido enlaces entre personas del mismo sexo llamadas "bodas de semejanza", dentro de la propia Iglesia, que unían a dos personas del mismo género que decidían compartir su vida por amor. (Leed más aquí, porque este tema es muy interesante y seguiré investigando). En cuanto a la transexualidad, el emperador Heliogábalo es, probablemente, uno de los primeros ejemplos: se maquillaba, ponía pelucas y podría haber ofrecido mucho dinero para que le dotaran de genitales femeninos. Herodiano, que escribió una "Historia Romana", comentaba sobre él que estaba "encantado de ser llamado la amante, la esposa, la Reina de Hierocles".
Entre tanta injusticia, discriminación y lucha por sus derechos, parece que poco a poco se logra que estos colectivos no sean señalados con el dedo como los raros de la sociedad. Conmemorando este día tan especial, activistas chinos han enviado una petición para legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo.
A los detractores, me gustaría recordarles que la homosexualidad no es una elección, sino algo con lo que se nace, como respirar. La vida es mucho más que preocuparse por lo que le gusta a cada uno, tanto sexualmente como sentimentalmente hablando. ¿Qué daño pueden hacer al resto? ¿En serio les parece tan abominable que dos personas se quieran y respeten sin importar su sexo? Piensen.
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