"¿Irá mi hija provocando?". Esa es la pregunta que la reportera de TVE lanza al inicio de la pieza emitida ayer sobre cómo los padres deben vestir a sus hijas. La cadena pública ha sembrado la polémica con este vídeo, en el que podemos ver a una madre diciendo que "parece que estamos en una época de enseñar todo", y capta imágenes de frases como esta: "Cómo explicar el DECORO, la no provocación en el vestir".
Vamos, según esto las niñas de hoy en día van vestidas como auténticas... provocadoras y es necesario aprender a tapar esas cualidades que pueden excitar al personal que pase a su lado por la calle. La guinda final vuelve a ponerla la reportera: "Aunque nos cueste, no hay que mezclar ropa y sexualidad".
No es la primera vez que TVE produce todo un clamor general en contra de sus "consejos". La semana pasada recomendaba a los parados rezar para calmar su ansiedad e, incluso, un psicólogo alababa los beneficios que tiene poner una vela para el desempleado. Encomendarse a Dios para no perder el hogar.
Desde la cadena pública se defendían diciendo que ellos se limitaban a ilustrar una realidad, mientras este psicólogo que ya he mencionado, Guillermo Mattioli, se quejaba de que habían distorsionado sus palabras: "Yo no dije que haya que rezar, no lo recomendaba".
Religión, decoro, cómo actuar, cómo vestir... Hemos vuelto al NO-DO. El Gobierno intenta imponer de forma sutil sus creencias y normas de ética y moral, en las que la Iglesia juega un papel fundamental. Se trata de una cadena que podrían estar intentando utilizar como una especie de herramienta de "adoctrinamiento", financiada con dinero público. Recordemos que España es un Estado aconfesional, lo cual quiere decir que no reconoce ninguna religión como oficial, así que este tipo de ideas puede que a muchos les chirríen (en torno a un 25% de los españoles se declaran ateos, según datos del CIS).
Lo que está claro es que no pueden pretender decirnos cómo vestir a nuestros hijos, ofrecernos que nos dediquemos a rezar o que encendamos velitas como solución a nuestros problemas, cuando vemos que los puestos de trabajo no dejan de desaparecer y muchos ciudadanos se ven en la calle. Menos dejar todo en manos de Dios y más actuar, señor Rajoy.
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