lunes, 17 de junio de 2013

¿Cadena perpetua para José Bretón?

Hoy comienza el juicio a José Bretón por el presunto asesinato de sus dos hijos, Ruth y José. Han hecho falta investigaciones en la finca de Las Quemadillas en las que el acusado permanecía impasible, cinco informes para confirmar que aquellos restos calcinados eran de los niños y una forense destituida por asegurar que en realidad eran de animales. Así que, tras casi dos años (desde el 8 de octubre de 2011), por fin será juzgado. 

En casos como este me asalta una duda a la cabeza, ¿sería posible una cadena perpetua? Soy consciente de que nuestro Código Penal va dirigido a aquello de la reinserción en la sociedad pero, sinceramente, en casos como este en los que hay una clara premeditación, en los que pequeñas criaturas inocentes son asesinadas cuando ni siquiera les ha dado tiempo a vivir, creo que debería revisarse. Ningún castigo será comparable al dolor que la familia de Ruth y José llevan experimentando desde que empezó la búsqueda, en la que siempre hay una esperanza de encontrarlos y que esos pequeños continúen respirando. Sin embargo, privar la libertad de una persona y que no se le permita salir por "buen comportamiento" varios años después, podría significar la tranquilidad de esta familia. 

El PP presentó hace un mes un borrador de la reforma del Código Penal en el que se incluye la pena de prisión permanente revisable para terroristas y grandes asesinos, donde se incluyen los homicidas de menores de 16 años, de delitos sexuales y de asesinatos múltiples. La cadena perpetua sería revisable cuando el condenado hubiera cumplido entre 25 y 35 años de prisión.

El problema, en la mayoría de ocasiones, es que las penas en este tipo de delitos no se cumplen al completo, las penas son mínimas o nunca se reinsertan en la sociedad. Pongamos un ejemplo: todo el mundo recuerda el terrible caso de Sandra Palo, la joven de 22 años con discapacidad intelectual que fue violada y asesinada de manera brutal. ¿Qué ha pasado con sus tres verdugos? Diez años después están imputados por un sin fin de delitos, violaron la libertad vigilada y el más joven, "El Rafita", tiene una orden de busca y captura. ¿En serio cumplieron un castigo ejemplar? Sólo uno de ellos continúa en la cárcel, cumpliendo una condena de 64 años por tres delitos de violación y uno de asesinato quien, durante el juicio, llegó a decir que mantuvo relaciones sexuales consentidas con su víctima.

Podríamos poner otros ejemplos, como el caso de Marta del Castillo. ¿Podría Miguel Carcaño volver a vivir dentro de la sociedad como cualquiera? Un joven que ha dado más de ocho versiones distintas sobre lo sucedido con la joven y su paradero y que disfruta de una televisión de plasma en su habitación, videoconsola y piscina olímpica en la cárcel de Morón de la Frontera. ¿Es justo que este chico vuelva a la calle?

Mientras tanto, José Bretón se enfrenta a un juzgado popular, a lo que ya se había negado por considerar que los ciudadanos estarían contaminados y no serían imparciales. Es lo que hace el miedo. Aún nos queda un mes para saber lo que pasará... 




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